Córdoba es una ciudad preciosa y a mí, luego de mi primera jornada (que fue completa), me encontré con una naranja en el suelo en las Juderías y esta naranja fue mi acompañante durante el resto del día. Y claro, terminé mis tres presentaciones feliz y, junto a un ameno e interesante grupo, fuimos a visitar la Mezquita Catedral. Fue raro entrar en lo que creía una Mezquita y verme, de pronto, dentro de una Catedral. La Mezquita Catedral. Pero ese sentimiento de extrañeza se me fue enseguida, era un lugar de recogimiento... Salí de allí maravillada, muy tranquila. Además estaba contenta porque no me falló el powerpoint ni nada. Mi compañero de banquillo en las II Jornadas Regionales fue Mariano Coronas, un hombre lúcido y experimentado. Pero bueno, la naranja seguía conmigo, ¡qué aromático que es Córdoba! Y salimos de la Mezquita Catedral y, sin esperármelo, se me acerca José Antonio Ruiz y me extiende un libro de regalo, en reconocimiento a la labor del día. ¡Muchas gracias y qué suerte! El libro era de Carlos Ruiz Zafón: El Juego del Ángel. Quizás era su hermano o su primo, ¿quién sabe? Un placer de haber conocido a este hombre.
Con Pilar Torres –ella fue quien me recibío al llegar, muy cálida– seguimos adelante y, junto a nuestro grupo, alcanzamos los alegres y coloridos jardines de Córdoba, casas con flores y enredaderas, lo mismo que en las fotos, no sé, como que así soñé que era España, con enrejados floridos, con cardenales de todos los colores. En el paseo conocí a Pilar Pérez ¿Pariente del Ratón Pérez ?...me habían comentado que era una docente muy importante, con parentescos con la Reina de Inglaterra, me enteré por ella que había recibido un premio en el Buckingham Palace en manos de la mismísima Reina, por su labor en el campo de la pedagogía y el Inglés. Caminando hicimos amistad, encantadora, una mujer fantástica y muy profesional. Y la naranja, seguia acompañándome. Después asistimos a un super cóctel... huy yu yui que comida, muy ricas las berenjenas !!y después de eso, ¡como si fuera poco!, seguimos la fiesta, nos invitaron a un tablado de flamenco con bailadores y bailadoras de primer nivel. Era una gala o algo así, sensacional todo. Un dia redondo. Habíamos exprimido hasta la cáscara del día y parte de la noche. ¡al final sentía que el dia había sido exprimido como una naranja!
¡Y eso que no me comí mi naranja! Cuando iba a hacerlo me lo desaconsejaron, ¡son acidísimas! Y volví al hotel, Buenas noches, Córdoba, ¿cuándo nos volveremos a ver?
1 comentario:
Hola, Constanza:
Muy tarde, pero he localizado tu blog y te escribo brevemente. Lamenté no haber tenido tiempo de hablar contigo. Tengo tu dirección postal por algún lado y te enviaré algunos materiales que me gustaría regalarte y que aquel día de mayo me resultó imposible hacerlo. Me sentí muy honrado de compartir banquillo contigo y espero tener la oportunidad de saludarte con más calma. Que tengas mucha suerte y te vaya todo bien. Un fuerte abrazo.
Mariano Coronas
(http://gurrion.blogia.com)
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