Autora de “Memorias impuras”, de “Amigos por el viento”, entre otras obras y trabajos, vive en Mendoza y me refirió un recuerdo precioso, que tenía que ver con el cariño que es tanto o más importante que la estética y el llamado a descubrir. Sí, el cariño, el cariño de su propia profesora de primaria: ocurrió que un compañero de Liliana fue expulsado de donde estudiaban, y la profesora Cuqui, a la siga de la expulsión, frente a la pizarra de tiza, empezó a sacudirse su espalda y a llorar por el estudiante echado. Este temblor y este llanto eran un temblor y llanto cargados hasta el fondo de cariño y sentimiento.  Lo que puede hacer una profe como  profesora, esta escena a ella le quedó grabada para siempre. Hay que tender las manos,  con cariño, eso basta.                 Ah me confesó que le fascinan nuestras marraquetas chilenas, hmmm son lo mejor , lo tendré presente cuando nos visite.
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